sábado, 12 de noviembre de 2011

Una lección del Método Feldenkrais 01: 10 minutos para levantarse por la mañana

10 minutos para levantarse por la mañana...

                                                                                                                   Mtro. Héctor Darío Aguirre Arvizu
Maestro practicante del Método Feldenkrais®
Maestro en Antropología Física
Centro Feldenkrais® del Sur
Redención 150 esq. Prolongación Maíz Local 132
              Xochimilco, C, P. 16200, México, D. F. MÉXICO 
centrofeldenkraisdelsur@gmail.com
11-11-12


Algo debemos hacer para contrarrestar los efectos negativos de las prisas a las que nos vemos sometidos por lo agitado de este mundo.

Esta lección está pensada para levantarse con lentitud, dándonos tiempo, y sentir el cuerpo preparado para la acción sin fuerza.
Al realizar cualquiera de los movimientos que a continuación se anotan evita todo tipo de dolor o molestia, no están incluidos en las instrucciones, si es necesario ve haciendo los movimientos que tu tiempo le permitan y poco a poco aprenderá toda la lección:

Lee todo antes de hacer cualquier cosa.

Mientras permaneces recostado en la cama, muévete en cualquier sentido, lo más cómodo posible.
Suavemente al principio, mueve un pie, un codo, o cualquier parte, y después muévelos un poco más rápido, sólo un poco, procurando todo el tiempo que se sienta bien, muy a gusto. Deja que tu respiración sea suave.

Gira todo el cuerpo lentamente a un lado y a otro.
Permítete moverte en ambos sentidos, comienza por la parte del cuerpo que sea más fácil y extiende el movimiento fácil a otras partes, muy lentamente, mantén las piernas y el tronco sueltos. Cada que el giro te lleve hacia un lado doble suavemente las rodillas, hasta poder quedar recostado de lado.

Suavemente haz ensayos para sentarse.
Estando recostado de lado prueba varias veces para sentarte suavemente. Evita regresar a estar recostado en su espalda. Es desde la posición de lado. No lo logres todavía, solamente haz algunos movimientos tendientes a... sin alcanzarlo. Ensaya diferentes opciones. Unas veces empujando con las manos otras jalando con la cadera, otras involucrando las costillas, u otras que se te ocurran. Asegúrate de mantener fluida la respiración y evita tensiones en el cuello.

Siéntate en un lado de la cama.
Haz esto extendiendo sus pantorrillas fuera del borde de la cama y girando tus pies hacia el piso empujándote hacia arriba con su codo y una mano. O ensaya la forma más cómoda de las que intentaste previamente.

Gira la parte superior del cuerpo a la izquierda y a la derecha.
Sentado en la orilla de la cama, manteniendo las manos en ella, poco a poco comienza a girar el tronco y la cabeza a un lado y otro sin doblar los codos, manteniendo el apoyo en las manos y dejando que la cadera haga el movimiento. Hazlo muy suavemente y con la idea de mantener el descanso del sueño. Mantén la respiración fluida. Mantén suavemente erguida la cabeza, pero sólo si es fácil.

Mece el cuerpo hacia adelante y hacia atrás.
En la misma posición que antes deja que la cabeza suavemente comience a oscilar adelante y atrás. Poco a poco deja que los hombros continúen el movimiento y éste se extienda a la espalda y hasta la cadera. Adelante y atrás. Suavemente.

Deja caer la mano derecha al lado de la pierna derecha hacia el piso.
Voltea a ver hacia la izquierda y arriba mientras dejas que la mano derecha encuentre y explore el piso. Comprueba la textura del pie y de la pantorrilla. Hazlo lento y suave, elimine toda tensión y esfuerzo. Permítase respirar libremente. Déjese llevar hacia abajo muy suavemente. Disfrute. Regrese a la posición de sentado. Haz los movimientos suave y fácilmente. Nota cualquier área de tensión y organiza tu cuerpo para evitar esfuerzos. Repita el movimiento 4 veces muy despacio, descansando cada vez que te reincorpores.

Repite la misma secuencia con el lado derecho, mirando hacia arriba y a la izquierda en lo que va bajando el brazo y la mano izquierda explora la pierna del mismo lado.

Alterna una vez a la derecha y otra hacia la izquierda los pasos anteriores.

Mantén ambas manos abajo.
Suavemente, eliminando esfuerzos en la espalda, deje caer ambas manos a los costados externos de las piernas, con la misma calidad de suavidad y ligereza en el movimiento que antes. Descansa en esta posición si es cómoda, si no, descanse sentado. Mantén la respiración cómodamente fluida.

Manteniendo la mano izquierda en el piso, gira y dirige el brazo derecho hacia el techo.
Repite el movimiento con el otro lado. Suave, fácil, inteligentemente, evitando tensiones.

Desde la posición de sentado descansa los antebrazos en los muslos y mueve los hombros a la izquierda y a la derecha.
Mantenga las manos en los muslos. Gira a la derecha, ve por arriba de su hombro derecho a tu cadera derecha. Cuando vayas a la izquierda vea sobre tu hombro izquierdo a tu cadera izquierda. Oscile suavemente de un sentido al otro.
Invierte el movimiento, cuando vayas a la derecha ve sobre su hombro izquierdo tu cadera izquierda y viceversa. Mantenga la respiración fluida.

Mueva adelante y atrás el cuerpo.
Pon los codos en las rodillas. Muévase adelante y atrás. Los pies llegan a despegarse del piso cuando va hacia atrás. Conforme es más fácil y flexible el movimiento hacia adelante y atrás, note que la espalda baja y la pelvis intervienen en el movimiento en un modo diferente e interesante. Cuando esto pasa, la espalda baja se extiende y comprime. Hazlo sólo si es fácil y cómodo. Evita esfuerzos.

Párate de la siguiente forma.
Deja los brazos caídos; mira hacia delante; inclina el cuerpo hacia adelante, la mirada y la cabeza se desvían hacia delante y abajo, mira el piso, hacia los pies, manteniendo la espalda y la cabeza suavemente rectas.  Lleva suavemente la cadera hacia el techo, con el tronco y cabeza inclinados hacia delante, la mirada al frente (mira el suelo por la inclinación del tronco-cabeza) Suavemente, sin esfuerzo. Apoya el peso en los píes y lleve el conjunto de tronco-cabeza hacia atrás, la mirada va elevándose poco a poco hasta mirar al frene.

Parado oscila a un lado y otro muy suavemente.
Mantén la respiración suave y cómoda.

Camina lentamente.
Comienza tu caminata para dirigirte a sus actividades personales de la manera más lenta posible. Procurando dar pasos cortos que no pasen mucho la distancia de un pie. Mantén la respiración fluida.

Muévete tan lento a lo largo del día que pueda mantener los buenos efectos logrados con esta práctica diaria.

¡¡Gracias por tu atención!!

D. R. Darío Aguirre 2011



martes, 14 de junio de 2011

Lecciones individuales, Integración Funcional®

      

Integración Funcional, una modalidad del Método Feldenkrais



Elaboró: Mtro. Héctor Darío Aguirre Arvizu

11-06-14
centrofeldenkraisdelsur@gmail.com

      Son sesiones en las que el alumno recibe un contacto suave por parte del maestro con el fin de que su cerebro "note" dónde se encuentran ubicadas diferentes partes del cuerpo. Este contacto es una "comunicación kinestésica" una enseñanza por medio del toque suave, de modo que el interior de ambos, maestro y alumno, se conectan para poder realizar la enseñanza.




Mtro. Darío Aguirre

Lecciones grupales del Método Feldenkrais

Lecciones de Autoconciencia a Través del Movimiento (ATM).



Elaboró: Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
centrofeldenkraisdelsur@gmail.com
11-06-14       

Una modalidad del Método Feldenkrais®, también conocida como"técnica", es el proceso llamado de Autoconciencia a Través del Movimiento® o ATM.

     Es una forma grupal en la que los alumnos son guiados por un maestro entrenado para realizar movimientos estratégicamente seleccionados, de modo totalmente seguro y cuidadoso, poniendo énfasis en ciertas características del movimiento, como la suavidad, la lentitud, la continuidad.
    El maestro lleva al alumno a tomar conciencia de cómo realiza cada movimiento, orientando su atención a diferentes aspectos, como la sensación en una parte del cuerpo, o en otra cercana, e incluso en una más alejada para notar la repercusión del movimiento. Lo lleva a notar aspectos que antes no consideraba en su movimiento y a ir eliminando todas y cada una de las tensiones innecesarias.


Mtro. Darío Aguirre





    


El principio de organización de la vida: la parsimonia

El principio de organización de vida: la parsimonia


Elaboró: Mtro. Héctor Darío Aguirre Arvizu
DR (1996)
publicado en este blog el 14 de junio de 2011
atmparalavida@yahoo.com.mx

En física encontramos fenómenos muy interesantes que siguen un principio económico común: se desarrollan por el camino más corto, o por el más rápido o con el menor gasto energético.

Un rayo de luz que viaja de un medio menos denso a uno más denso, por ejemplo del aire al agua, digamos de una pecera, sufre una desviación de cierto ángulo con el fin de mantener su velocidad al máximo, y por eso los objetos se ven como si se cortaran al entrar al agua. Aquí se le llama principio de Fermat.

Leonardo Da Vinci, genial observador de la naturaleza, había dicho: “Todo fenómenos natural se produce por la vía más corta”.

La molécula del agua está formada, como ya es de conocimiento popular, por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Resulta que ambos hidrógenos forman un ángulo de 102 grado entre ellos y con eso mantienen el mínimo gasto de energía para permanecer unidos y al mismo tiempo formar la molécula más estable del universo.

Euler, un famoso matemático, usaba el principio para hacer sus deducciones bajo la siguiente idea: de las posibles expresiones matemáticas que representen un fenómeno físico, la más sencilla es la correcta. Por lo tanto, buscaba la expresión mínima y elegante en todos sus desarrollos.

Una fórmula elegante en las matemáticas es la siguiente:


contiene los primeros números enteros, 0 y 1, las relaciones matemáticas fundamentales: + (suma) e = (igualdad); las constantes “joyas” de la matemática: el valor que relaciona el diámetro de una circunferencia con su radio (3.141592654...) y e, base de los números neperianos y que interviene en las expresiones de fenómenos que crecen y decrecen bajo ciertas condiciones (su valor es 2.718281818...); y también i, base de los números imaginarios, la raíz imposible en los números reales: .

En un texto de matemáticas encontramos la siguiente referencia:

“... Lagrange podía demostrar que los postulados newtonianos de materia y movimiento, un tanto modificados, se adaptaban al amplio principio de economía de la naturaleza. El principio ha conducido a los resultados aún más fructíferos de Hamilton y Maxwell, y, actualmente, continúa, en la obra de Einstein y en las últimas fases de la mecánica ondulatoria.” (Newman, 1979, p. 80).

En la psicología de la percepción Wertheimer nos proporcionó el principio de pregnancia o de organización los elementos visuales: el agrupamiento de los objetos observados tiende hacia la mayor regularidad, simplicidad, equilibrio y claridad posibles bajo unas circunstancias dadas o hacia la formación de una “buena forma”, en la percepción del mundo. Este principio se puede apreciar en diversos fenómenos: un círculo negro que se mueve sobre fondo blanco es percibido como tal y no como una sucesión de áreas negras emergiendo y volviendo cada una de ellas al fondo blanco.

Todos los nombres se refieren al mismo principio de organización económica de la naturaleza, el principio de parsimonia, la obtención del máximo resultado con el mínimo de gasto energético.

Dicho sea de paso es un principio de movimiento muy utilizado en el Aikido, el Judo y el Método Feldenkrais®.

¿Nosotros nos mantenemos en el principio de parsimonia en nuestra vida?, ¿Eliminamos los esfuerzos innecesarios para ser más “económicos”?, o ¿nos pasamos haciendo las cosas gastando nuestra energía sin sentido?

Podemos indicar el primer mandamiento del profesor Roberto Olguín, quien enseñaba Patología en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía:

“NO usarás tu energía en vano.”


Mtro. Darío Aguirre


Referencias:
Newman James R. (1979). Sigma. El mundo de las matemáticas. Tomo I. Ediciones Grijalbo, S.A. Barcelona-Buenos Aires-México. 4ª ed.
 

El potencial humano


El Potencial Humano


Elaboro: Mtro. Héctor Darío Aguirre Arvizu
14 Junio de 2011
centrofeldenkraisdelsur@gmail.com


El desarrollo integral del ser humano es un ideal de nuestros tiempos. Desde hace décadas e incluso siglos se han propuesto diversos métodos para lograrlo, algunas veces desde una concepción no científica y otras francamente anticientíficas, pero siempre con el fin de llevar al ser humano hacia su máximo potencial.


    Es en el siglo XX cuando se desarrollan con más énfasis las concepciones científicas de qué es el ser humano, cuáles son sus límites (por ejemplo los biológicos), cuáles son sus potenciales y cómo se expresan a lo largo de la vida, así como el método o técnicas que permiten su expresión intencionada.
El conocimiento de la personalidad, el manejo de las emociones, la expresión de nuestras capacidades de pensamiento, la mejoría de nuestros movimientos, son algunos de los campos en los que podemos desarrollarnos plenamente, siempre y cuando tengamos una referencia adecuada de cómo lograrlo, es decir, un método que incluye una referencia de lo humano.
En este espacio conoceremos diferentes formas de desarrollo humano, desde el conocimiento de nuestras emociones, el manejo de las mismas, la expresión del cuerpo, la capacidad de movimiento, el desarrollo de nuestras capacidades ignoradas, la expresión de lo mejor de nosotros en diferentes contextos así como las técnicas y métodos que lo permiten.
El centro de acción será el Método Feldenkrais®, que es un sistema de educación corporal que, a través de un trato suave a nuestro cuerpo, en el movimiento, nos permite despertar funciones de nuestro sistema nervioso que habían estado inhibidas y con ello lograr revitalizar nuestra vida.
Deseo que el conocimiento expresado aquí, sea de su agrado.

Dr. Darío Aguirre