viernes, 6 de octubre de 2017

Feldenkrais y las artes marciales 02


Conceptos de Feldenkrais en las artes marciales


Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
16-10-17

D. R. Octubre 2003, 
Revisado 2006, 2016, 2017
D. R. 2022

Esta entrada descontinuación de:

Conceptos de Feldenkrais en la Artes Marciales
Para Feldenkrais, los grados superiores de las artes marciales, los Dan, especialmente en el Judo, son (o deberían ser) verdaderos niveles de organización neuromuscular, de modo que un artemarcialista de 3er Dan siempre le va a ganar a uno de 1º o segundo Dan y siempre será vencido por uno de 4º o superior, debido a su capacidad de organizar su cerebro, que controla cuerpo y mente, es mejor que los primeros y no estar tan organizado como los segundos. Consideraba Feldenkrais que este concepto se había perdido con la práctica del Judo en las olimpíadas, ya que no se aprecian los cambios de grado como diferentes niveles cualitativos de movimiento, sino que se compite por ganar a como de lugar.

Es frecuente considerar en las artes marciales japonesas la existencia del Ki.
El Ki, considerado como energía intrínseca en el cuerpo humano, pero no registrable por medios objetivos, un concepto que no era manejado por Feldenkrais, vendría a ser, proponemos, la expresión de un nivel de organización psicomotriz en el que se aprecian las características del estado potente marcado por FK y denotado en las Artes Marciales, por ello no constituiría una energía intrínseca sino, al menos en cuestión de movimiento, como un resultado, un producto de haber organizado armónicamente diferentes de los sistemas nervioso (central y vegetativo) y muscular. Sería entonces, una propiedad emergente de la buena organización.
La fluidez del Ki vendría a darse porque neuromuscularmente no se impide el movimiento.
Además, Feldenkrais desarrolló, a lo largo de años, un concepto muy importante, el de estado potente, que cuenta con diversas características, algunas de ellas evidentemente biomecánicas, otras conductuales y otras psicológicas:
1) Continuidad en los movimientos. Éstos no tienen discontinuidades mecánicas, con un mínimo de roce en las articulaciones, siendo lo que se conoce como fluidez.
2) Capacidad de movimientos reversibles, esto es, que pueden ir en una dirección y la contraria, de modo que se activan zonas corticales y musculares en un sentido y en otro.
3) Mínimo esfuerzo en todo movimiento. Que responde al concepto de parsimonia: máxima eficiencia en la acción con mínimo gasto energético.
4) Enfoque a la acción sin interferencia de la emoción. La persona busca actuar de la manera más eficiente, generando opciones cuando se necesita y sabiendo elegir.
5) Dominio del equilibrio, incluida la posibilidad de caer y recuperar la vertical fácilmente.
6) Capacidad de movimiento en un pie, incluido girar en la punta del mismo. Es una expresión máxima del punto anterior.
7) Espontaneidad. Afirmando yo que se logra al tener diversas alternativas de acción y liberación de zonas corticales que se pueden organizar solas o en conjunto de modo armonioso. Es una propiedad emergente, considero.
8) Gracia en el movimiento. Como consecuencia de lo anterior y la gran versatilidad lograda al hacer acciones diferentes.
9) Desempeño sexual pleno. Aspecto del cuál no se hablará en este momento.
Al menos las primeras 8 son características del movimiento altamente eficiente pero también de la madurez, que se busca explícitamente en las artes marciales.
En el relación apuntó 6, FK consideraba, que una de las cualidades de movimiento de las personas maduras era su capacidad de moverse en un único pie con el fin de realizar giros, es decir, apoyándose en un pie como pivote y desplazando el otro pie. Obviamente este aspecto lo toma al practicar el Judo.
También, como parte de las cualidades de una persona bien desarrollada, observado en el punto 5, menciona la posibilidad de caer y recuperar la vertical de la manera más eficiente posible, dadas las condiciones de movimiento indicadas previamente. Para él, bajar el centro de gravedad para evitar ser tirado, era una conducta poco madura, y que era más eficiente saber caer. Este aspecto está fundamentado en un alto desarrollo del sistema kinestésico, que incluye una mayor capacidad de percepción propioceptiva y un alto desempeño del sistema del equilibrio.
FK menciona claramente en su texto El poder del yo, que todo movimiento eficiente se realiza desde la cadera y a partir de ella se involucra todo el cuerpo. Esta idea es muy conocida por muchos practicantes de Judo y otras artes marciales, pero no por todos, lo que les resta eficiencia.
También desarrolló su entendimiento del Judo en dos obras: Judo y Higher Judo, en las que enseña Judo básico incluyendo análisis biomecánicos de cómo lograrla eficiencia de modo más rápido y fácil.
Por cierto, Feldenkrais es el creador de una técnica de derribo diseñada por un occidental,  todas las demás son de japoneses.

Conceptos del Judo
Curiosamente los textos de Judo modernos no hablan de los principios del mismo, si no que se van directamente a enseñar diversas técnicas, a exaltar los juegos olímpicos o a contar la “historia” del judo. Posiblemente ello sea debido a que se ha perdido la esencia del movimiento. Se enseña la técnica, pero no se detalla porqué fue creada así y no de otra forma y tampoco se indica cómo lograr una alta eficiencia, excepto por una práctica repetitiva inconsciente. Al parecer, se concentran en la fuerza y no en la suavidad.
Aún así localizamos algunos detalles con Reay y Hobbs (1989).
Gigoro Kano, creador del Judo llamaba sei ryoku senyo a la habilidad principal de su trabajo: “la efectividad máxima en el empleo de la mente y el cuerpo. La efectividad máxima es el sello distintivo de un lanzamiento habilidoso. Aunque fuera necesaria la fuerza bruta para producir el mismo resultado de una manera ineficaz, la eficiencia máxima no significa que en el judo no se emplee la fuerza. “Eficiencia” quiere decir simplemente, de acuerdo con las circunstancias, la fuerza se emplea de la manera más útil: se trata de una evaluación del propósito, no de la potencia.” (p.23).
 “En el judo, el problema es el de hacer que el oponente separe los pies del piso contra su voluntad. En la naturaleza de las cosas, el cuerpo humano debe ser llevado erecto con el fin de que mantenga el equilibrio mientras se mueve. Un hombre que ha perdido el equilibrio está propenso a caer, y siempre existe un momento en el que se vuelve imposible la recuperación del equilibrio. Claramente, la creación de la pérdida del equilibrio en el oponente es la aplicación más útil de la fuerza de que dispone un practicante de judo.”  (p. 23).
 Kano, creador del Judo, tenía otra máxima: jita kyoyei que no tiene una traducción directa y a veces se toma como “beneficio mutuo”, y Greoffrey Gleeson lo anota como: “utilidad propia, beneficio mutuo”, queriendo expresar con ello que la sociedad se beneficiaba con el desarrollo individual. (p. 23).
Además, “El randori (la práctica libre) no es una mera repetición. Los movimientos de judo pueden combinarse en una ilimitada variedad de formas y cada pareja de contendientes esculpe una secuencia original entre ellos siempre que se encuentran.” (p. 24).
Otra clave sería que: “El principio clave del Ju, el de vencer por la maña del cuerpo, fue adoptado por Kano, pero no lo originó él. Históricamente, su reconocimiento se le atribuye al fundador del ryu Yoshin, un médico de Nagasaki de nombre Akiyama. Según la leyenda, fue él quien comprendió el valor de ceder en respuesta a un ataque al estar observando los árboles durante una tormenta de nieve. Los pinos se mantenían erectos y se quebraban ante la tormenta, pero los sauces dejaban caer la nieve de sus ramas doblándose y volvían a enderezarse sin haber sufrido daño alguno.” (p. 15).
Regresando al randori o práctica en pareja: “Para practicar el judo en randori o competencia, un principiante necesita poder apreciar que son los movimientos de su oponente los que dictan el curso de los acontecimientos tanto como los suyos propios. El status quo es el equilibrio mutuo. Antes de realizar ninguna toma cada uno de ellos está de pie en una postura perfectamente equilibrada. Esta postura es shizenhontai (postura natural), en la que los brazos penden con naturalidad a los lados del cuerpo y los pies están abiertos a la anchura de los hombros, o migishizentai (postura derecha natural) en la que el pie derecho está ligeramente adelantado, o hidarishinzantai (postura izquierda natural) en la que el pie izquierdo está ligeramente adelantado. Al sujetar al oponente, el equilibrio individual depende en grados diferentes de las acciones de éste en tanto que la sujeción se mantenga.” (p. 36).
Y con relación al manejo de armas: “Cuando, con la espada, te enfrentes al enemigo, si la distancia es muy grande, avanza hacia él y golpea. Cuando, desde el principio, la distancia es adecuada, golpéalo desde donde estés. No es necesario pensar.” (p. 24).
“La gran equivocación en el manejo de la espada es la de anticipar el resultado del encuentro; no debes estar pensando en si éste termina en victoria o en derrota. Simplemente deja que la naturaleza siga su curso y tu espada golpeará en el momento preciso” (p. 24). Y esa equivocación no sería solo para la espada sino para cualquier enfrentamiento.
Es Feldenkrais quien hace un estudio científico del judo y postula muchos aspectos por los cuales es necesario hacer los movimientos de determinada manera y no de otra para lograr la alta eficiencia, pero también nos habla de las altas cualidades de los maestros de su tiempo y que toma como referencia para indicar lo que es un adulto maduro.
Posiblemente otros autores de judo tengan otras ideas, aunque de momento no las he explorado. Me limito de momento a lo que en su momento he podido leer.
En una siguiente entrega hablaremos del Aikido y, después, del Jeet Kune Do.

Referencias
Feldenkrais, M. 
   1962. Higher judo. Ground work.  Frederick Warne & Co., Ltd. Londres. 
Reay, T y Georffrey, H.
   1989. Manual de Judo. Editorial Diana, S. A. de C. V. 1ª ed. México.
   1995. El poder del yo.  La autotransformación a través de la espontaneidad. Ediciones Paidós Ibérica, S. A. 1ª ed. Barcelona. 

D. R. Darío Aguirre 2022